La  Antigua Ciudad

Fundada por el trajano Dardano según la tradición transmitida por Plinio El Viejo, la ciudad de Cora aparece por primera vez en las fuentes históricas en la época de Tullo Ostilio (siglo VII a.C.), el tercer rey de Roma, cuando el corano Anco Publicio fue nombrado dictador de la Liga Latina.

Muy a menudo citada por los antiguos históricos en relación con los alternados eventos del choque entre Roma y los latinos, durante el cual pudo conservar el estatus de ciudad libre, después de la disolución de la liga después de la Guerra Latina (338 a.C.) se convirtió en ciudad aliada de Roma y más tarde en municipium.

Entre los restos arqueológicos de mayor antigüedad contamos con la muralla urbana, que con un circuito de alrededor 2 km juntan casi 22 hectáreas, y las principales terrazas internas, entre los cuales los del foro (hoy en día sería la calle via delle Colonne), realizados en obra poligonal de I manera y con fecha sobre la segunda mitad del siglo IV a.C.

Los añadidos y las restauraciones en obra poligonal de III manera o en bloques cuadrados de toba, que interesan el circuito mural, son en cambio generalmente atribuidos a la edad medio-republicana, cuando se añadieron también muchas terrazas internas.

En el mismo horizonte cronológico podemos colocar el Puente de las Cadenas, que permitía sobrepasar el foso Fosso del Formale, en dirección de la ciudad de Norba; detrás en obra poligonal de IV manera se apoya un arco redondo de toba que presenta tres anillos superpuestos con segmentos escalonados.

 Muy rico y bien atestiguado, sobre todo epigráficamente, es el pantheon corano, en el cual sobresalen los Dioscuri, a los cuales está dedicado el mayor de los santuarios ciudadano, Mater Matua, Mens (a lo mejor venerada en el templo anónimo debajo de la iglesia de Santa Oliva), Fortuna Opsequens, Concordia y Minerva, de la cual ha sido encontrada, a finales del Cinquecento, una bonita estatua en pórfido, hoy expuesta en Roma, en la plaza del Campidoglio, en el nicho central del Palacio Senatorio.

Desconocida en cambio es la divinidad venerada en el así llamado Tempio di Ercole en la acrópolis, que tanta admiración ha suscitado en los artistas, arquitectos y viandantes desde principios de Renacimiento. El templecito dórico, tetrástilo, su podio, declarado monumento nacional con el regio decreto n. 359 del 24 de junio 1898, conserva todavía el pronaos y el bonito portal de la celda con inscripción dedicatoria.

En conclusión, entre los monumentos públicos más relevantes por la edad tardo republicana, que ve Cora activamente participe en aquella fase más intensa actividad edilicia que caracteriza todas las ciudades itálicas, hay que señalar el imponente edificio de infraestructura en obra incierta, que sustenta la que hoy en día es la plaza de Pozzo Dorico. Este se articula en siete ambientes con bóveda de cañón, de los cuales tres utilizados como cisterna, y cuatro de uso desconocido; de estos últimos, todos asomados sobre la actual calle via Ninfina y separados del banco rocoso trasero por medio de un estrecho pasillo, los dos conservan todavía elementos de una fuente y de una bañera.

 Bibliografia: D. Palombi, Cora. Bilancio storico e archeologico, in Archeologia Classica 54, 2003, pp. 197-252; G. Caratelli, Cori: le sostruzioni di piazza Pozzo Dorico, in Archeologia Classica 62, 2011, pp. 413-444

La Ciudad Medieval

Muy fragmentarios son los testimonios escritos y las evidencias arqueológicas atribuibles al periodo tardo antiguo y alto medieval de la población de Cori, que podemos relacionar probablemente con la fuerte crisis de las ciudades incluidas en las Provincias Marinas. En efecto, solamente a partir del XII siglo que parecía posible formular una hipótesis de topografía de la ciudad, gracias a una notable presencia edilicia atribuible probablemente al progreso de la vida ciudadana, documentada también por textos escritos. Los núcleos de habitantes más antiguos, según el estudio de las paredes, parecen ser aquello sobre la acrópolis y las dos áreas con habitantes cerca de Porta Ninfina y Porta Romana, en los puntos en qua más testimonios hay de torres, a menudo construidas en la zona trasera a la muralla antigua, con función defensiva. Numerosos son los ejemplos de casas con dos plantas conectadas entre ellas por una escalera interna o externa, llamada profferlo en Cori con fecha entre el XII y el XVI siglo que, juntos con las casas-torres, callejones, placitas, logias y porticados, típicas del casco antiguo de Cori.

De particular interés es la calle del Porticato (Le Sipportica en dialecto corese), en proximidad de Porta Ninfina, que constituía el antiguo tramo que se podía recorrer más arriba de la muralla circundante arcaica: en el XII-XIII siglo se cubrió de alojamientos y torres y luego, de manera definitiva, en el XVII siglo por el alzado de un palacio señorial.

Al mismo tiempo del desarrollo edilicio civil, se denota también una reanudación de la edilicia religiosa, testimonio de ello en la acrópolis por las iglesias de la Trinitá y de San Pietro, de la iglesia de Santa Maria della Pietá en el valle y por la de Santa Oliva a media altura.

Alrededor del XVI siglo se encuentran otras aglomeraciones cerca de plaza Pozzo Dorico, como sugieren las paredes de las casas y la iglesia de San Salvatore.

Hallazgo medieval de gran interés es el candelero para cero pascual, en mármol, perteneciente a la decoración románica de la iglesia de Santa Maria della Pietá, que resulta ser el más antiguo ejemplo conocido de monumentum resurrectionis y representa simbólicamente la victoria de Cristo sobre el mal. De probable producción beneventano-casinés en el 1070-1120 aproximadamente, se prefigura como modelo de un tipo ampliamente difuso en el área centro meridional entre el siglo XII y el XIV.

La Ciudad Renacimental y Moderna

Durante el XVI y XVII siglo la ciudad de Cori vivió otro importante momento de floritura artística y edilicia; se construyeron en efecto nuevas iglesias, restauradas o completamente transformadas aquella ya existentes, y floreció la edificación de palacios señoriales.

La presencia de bienes y riquezas fue favorecida por las relaciones jurídicas entre Cori y Roma, regladas por los Estatutos Comunales: el importante intercambio entre los dos centros consistía sobre todo en la circulación de personajes, cuales los podestá, nombrados por el Senado Romano, que se acercaban a Cori para gobernar y de miembros de las familias más conocidas que desde Cori se mudaban a Roma, a menudo cumpliendo brillantes carreras en ámbito religioso.

Fue justamente el nombramiento del podestá por parte del Senado Romano a garantizar larga autonomía a la ciudad de Cori y a salvarla de las pretensiones feudales de unos pocos, asegurando las condiciones para una riqueza generalizada.

La presencia de muchas familias ricas, como aparece en el análisis del Catastro descriptivo del 1668, encuentra confirmación en campo edilicio, en los numerosos edificios de propiedad que se encontraban paseando por las calles del casco antiguo, con fecha entre el XVI y el XVII siglo: Palazzo Marchetti, Palazzo Riozzi, Palazzo Celli, Palazzo Chiari, son solamente algunos ejemplos de este tipo de edilicia privada.

 Bibliografia: V. Ballerini, Cori durante il Rinascimento, in Cori: origine e mito di un'antica città, Cori 1999