Notas Geograficas

El Ayuntamiento de Cori está situado en el territorio al sur de Roma, compreso entre el área volcánica de Colli Albani y los Monti Lepini. Se trata de un área caracterizada por una orografía típicamente montañosa, que domina la amplia extensión de la Pianura Pontina hasta el mar; un territorio de antiguo asentamiento, rico de historia y de estratificaciones antropogénicas de un largo periodo, situado al límite de aquella grande área de pantanos que solo en época fascista fue recuperada y progresivamente antrópico.

Los Monti Lepini son parte de la dorsal calcárea que, desarrollándose en dirección apenínica (norte-sur), separa la Pianura Pontina de la Valle Latina. Estos relieves están compuestos por una secuencia de calcares, calcares dolomíticos y dolomías. En total, el releve lepino, si visto de la Piana Pontina, tiene el aspecto de un alto y rápido bastión rico de formas kársticas: se observan dolinas, sobre todo en la meseta de la cumbre, mientras que las formas kársticas hipogeas son numerosas un poco por todas partes (se señalan cavidades con tendencia horizontal y unas pocas con tendencia vertical). La porción occidental del territorio, en cambio, se presenta como un área con colinas caracterizada por cerros tobáceos alargados en dirección casi norte-sur, con superficie de cumbre plana y alturas máximas poco superiores a los 200 metros sobre el nivel del mar, separados por profundas incisiones fluviales. Notable es la presencia del Lago de Giulianello, pequeño embalse insertado en un contexto de considerable prestigio ambiental y hoy por fin tutelado (Monumento Natural Lago de Giulianello); se trata de un lago natural controlado artificialmente por un sistema de túneles de drenaje en parte todavía conservado y en un contexto de siembra y alcornoques verdaderamente único.

 Sobre los terrenos más fértiles están presentes los cultivos, los viñedos, los olivares y las cultivaciones del kiwi. Merece la pena mencionar la cultivación de algunas variedades de viñedos autóctonos: entre otros el Nero Buono, el Bellone y el Arciprete del cual se obtienen vinos de ya reconocida calidad y fama. Por los acantilados de piedra caliza más pobres y con mayor limitación de uso el rasgo dominante de las cultivaciones y del paisaje es el olivo que, saliendo de cuota, deja espacio al pastoreo de las empresas de zootecnia de montañas. La variedad de olivo mayormente presente son la Itranam el Leccio, el Frantoio y en menor cantidad, la Moraiola, el Pentolino y el Carboncello del cual se obtienen el aceite y las aceitunas de mesa. Entre los olivares y los viñedos muy a menudo se encuentran los restos de villas de época romana, terrazas en obra poligonal, túneles excavados en la toba, ruinas de abadías medievales, muros a seco, carboneras y casales, que infunden identidad, cultura e historia a este territorio.

Por la sierra lepina se desarrolla una vegetación subestépica dominada por el carrizo y por la jaraguá con la presencia de la philyrea, del viburnum, de la aceituna, terebinto y del mirto. Estas praderías, abiertas y pastoreo, cuentan con la presencia del zorro, del jabalí, de la comadreja, del erizo, del tejón y de la liebre. Rica es también la avifauna, que aprovecha las numerosas paredes calcáreas para nidificar: inconfundibles son las siluetas del águila culebrera y el busardo ratonero. Discurso similar es el de las especies migratorias que encuentran aquí un ambiente ideal para el descanso. En especial, se encuentran entre estas la becada, el zorzal, la paloma torcaz, especie desafortunadamente sujetas a una insostenible presión venatoria.

En cuotas más altas se encuentran en un principio los bosques dominados por la encina, ricos de plantas mediterráneas. Subiendo más aún se pasa al interior del frezno, del arce campestre, del acer pseudoplatanus y del avellano. Donde los suelos son ácidos, por la presencia de cobertura piroclástica, el hombre ha implantado el castaño, sustituyendo la originaria foresta de roble. A partir de los mil metros la haya sustituye el roble. Merece la pena mencionar el florecer de las orquídeas durante los pastos montanos. En las mismas zonas, ricas de pequeñas y medias cavidades hipogeas, se pueden encontrar hacia el atardecer el vespertilio murinus, el murcielago grande y el murciélago enano, pero también rapaces como el busardo ratonero, la culebrera europea, el azor y el cernícalo.

 

Bibliografia: P. Bono, A. Malatesta, F. Zarlenga, Evoluzione della Pianura Pontina, in Guide geologiche regionali. 5. Lazio, Milano 1993